Si hay un tema que movilice como ningún otro las consultas astrológicas, ese es el amor. Y es que el amor, y nos referimos al amor romántico con su componente pasional-sexual, ha sido y es -seguido muy de cerca por el poder y el dinero-, el gran motor del mundo desde que éste existe. El idioma inglés tiene una acertada expresión para referirse a esos amores que parecen haber sido cocinados “desde arriba”. A match made in heaven, dicen, una pareja “hecha en el cielo”, lo que podría referirse perfectamente a esas parejas cuya atracción, química y entendimiento mutuo traspasan lo habitual. La astrología dispone de herramientas muy valiosas para valorar qué tan “made in heaven” es una relación. Las más habituales y utilizadas son las cartas de sinastría (análisis de compatibilidad entre dos personas) y las cartas compuestas (carta de análisis de una relación a través del cálculo de los puntos medios de dos cartas natales). Existen además otros complejos métodos en los que no nos detendremos ahora. Si partimos de la premisa de que nuestra vida, más allá de la existencia que vivimos actualmente en este cuerpo concreto, se extiende infinitamente en un complejo ciclo de manifestación y latencia, entonces podremos comprender que el equipaje con el que llegamos al nacer no es producto de la casualidad. Tampoco son casuales las personas con las que nos encontramos y los amores, y desamores, que con ellas vivimos. Los lazos kármicos que hemos ido estableciendo a través de la eternidad se expresan muchas veces con gran elocuencia a través de la astrología. Brian Weiss, el afamado psiquiatra autor de numerosos libros sobre vidas pasadas a partir de su experiencia directa con pacientes, escribe: “(...) Es posible que nuestra mente diga: «Yo no te conozco». Pero el corazón lo reconoce. Él o ella nos toman de la mano por primera vez y el recuerdo de ese contacto trasciende el tiempo y sacude cada uno de los átomos de nuestro ser. Nos miran a los ojos y vemos a un alma gemela a través de los siglos. El corazón nos da un vuelco. Se nos pone la piel de gallina. En ese momento todo lo demás pierde importancia. (...) Nos invade de repente un sentimiento de familiaridad, sentimos que ya conocemos profundamente a esta persona, a un nivel que rebasa los límites de la conciencia, con una profundidad que normalmente está reservada para los miembros más íntimos de la familia. O incluso más profundamente. De una forma intuitiva, sabemos qué decir y cuál será su reacción. Sentimos una seguridad y una confianza enormes, que no se adquieren en días, semanas o meses. (...)” Si tenemos la fortuna (casi nunca fácil) de vivir algo así , entonces será muy interesante acudir al mapa de las estrellas. En una sinastría podemos darnos cuenta del tono predominante en la interacción entre dos personas. ¿Es solo una relación física, puramente pasional? ¿Es una relación con lazos espirituales profundos? ¿Es una relación fugaz o una relación destinada a extenderse en el tiempo?
Observar las interacciones (interaspectos) entre Sol-Luna, Venús-Plutón, Venus-Marte, Sol-Venus, Venus-Quirón... entre los planetas de ambas personas, suele ser un buen comienzo para extraer las primeras pistas. Saturno, con su elevado componente kármico, es también un excelente indicador de fuertes lazos creados en el pasado. Los vínculos Luna-Saturno, Venus-Saturno suelen ser bastante reveladores en este sentido, al igual que los nodos lunares (nodo norte y nodo sur). En una carta compuesta sin embargo, considero de gran interés el posicionamiento de los planetas en las casas y su signo. Como ejemplo, una Luna compuesta situada en la casa 4 y en algún signo de agua (Cáncer, Escorpio o Piscis), indica un lazo emocional muy fuerte entre ambos miembros de la pareja. Juntos compartirán seguridad emocional y una forma en la que esto puede manifestarse es a través de llegar a poseer un hogar común donde sentirse completos. Este es un agraciado lugar para el matrimonio o para vivir juntos, aunque con matices interesantes en función del signo de agua concreto del que se trate. El ascendente compuesto es quizá una de las claves más importantes. Refleja lo que la pareja más estima y valora de la relación y cómo se muestra al mundo. La posición del Sol compuesto y de Venus compuesto nos da también mucha información sobre la naturaleza de la relación, cómo “entró” en ambas vidas y qué tan fácil resulta expresar en ella el amor. El nodo norte compuesto puede hablarnos del propósito de la relación. Aquello hacia lo que debe caminar para completarse como tal. Como puede verse, mucha e interesante información puede extraerse de estas dos cartas, sinastría y compuesta. Una información que si bien no garantiza el amor,- quién pudiera mandar en semejante milagro...-, puede sin embargo facilitarnos herramientas para entender las dinámicas que se establecen entre dos personas e incluso comprobar que a veces, efectivamente, it was made in heaven. Puedes solicitar aquí tu informe de sinastría y de carta compuesta
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